ENRIQUE MACKAY Y LA PRIMERA REPOBLACIÓN DEL MONTE NAVAHONDONA
En 1746, las sierras de Cazorla y Segura fueron reconvertidas a una “Provincia Marítima”, para su aprovechamiento forestal en la industria naval y militar. La ausencia de planes técnicos y de ordenamiento, llevaron a que, en un periodo de 150 años, gran parte de las sierras estuvieran despobladas de pino y roble, ocasionando un grave problema medioambiental que favorecía, entre otras cosas, las inundaciones torrenciales y los desprendimientos de rocas.
Enrique Mackay Monteverde (1876-1974), tinerfeño de nacimiento e ingeniero de montes, supo ver este problema ocurrido en la sierra y durante toda su vida intentó buscarle solución. En pocos años logró, no sólo la repoblación y cuidado de este espacio natural, sino también la aplicación de políticas sociales como, por ejemplo, facilitar ayudas a familias de trabajadores del monte que habían perdido la vida en ellos.
La Guerra Civil española cambió la vida de los cazorleños y cazorleñas, así como la de Enrique Mackay y su familia, viéndose obligado a ver como familiares fueron asesinados y su casa y biblioteca en Cazorla saqueadas. Su propuesta de ordenación de la Sierra a principios de 1940 fue mal vista y causó su expulsión del cuerpo de ingenieros.
Efectos visibles de su trabajo y esfuerzo, fueron la ordenación del Monte Navahondona y su masa forestal, además de las diferentes repoblaciones que efectuó por toda la Sierra de Cazorla y Segura, siendo la más visible de sus ideas, la realizada a posteriori en la Peña de los Halcones, para evitar las inundaciones y arrastres del rocas del arroyo del Herrón hacia Cazorla.
“Después de todo, lo importante es que no arrasaron la Sierra de Cazorla tal como iban a hacer. Mis proyectos de ordenación y mis instrucciones a los ingenieros a pie de monte prevalecieron” – Enrique Mackay.
Texto de Javier Sevilla Martínez
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